El Comité de Gestores Capital Social del Programa Regional Fruticultura Sustentable analizó experiencias destacadas en fortalecimiento organizacional y gestión productiva como fruto de la asociatividad en el agro, junto a representantes de Organizaciones de Usuarios de Aguas de Petorca, la Junta de Vigilancia de la Primera Sección del río Aconcagua y la empresa asociativa Mi Fruta.
Kurt Neuling, gerente del PERFRUTS indicó que el fortalecimiento del capital social constituye uno de los ejes estratégicos del programa frutícola, por lo cual con el interés de potenciar el intercambio de experiencias en esta materia y la vinculación entre diferentes actores se reunieron con representantes de la empresa asociativa Mi Fruta y de las Comunidades de Aguas Subterráneas.
“Mi Fruta, es una agrupación de pequeños productores que ha dado ejemplo de asociatividad. Ellos tienen certificaciones de Fairtrade, que les exige orden y claridad en la administración, y otro ejemplo son las Comunidades de Aguas Subterráneas. Por eso invitamos a Ignacio Álamos, representante de una CASUB de Petorca, a presentar su caso de éxito asociativo, ya que se indica que la formación de este tipo de organizaciones será una obligación en la cuenca del Aconcagua para una buena gestión del recurso hídrico”, sostuvo Neuling.
Para Cristian Lepe, socio de Mi Fruta, la falta de confianza debido a malas experiencias anteriores, fue el principal obstáculo para conformar esta empresa asociativa productora de uva de mesa y pasas de exportación del valle del Aconcagua, la cual agrupa, actualmente, a 20 de los 28 productores que la constituyeron inicialmente hace 10 años.
Mi Fruta cuenta con sistema de GlobalGap y certificación Comercio Justo bajo altos estándares internacionales, lo cual les da acceso a mercados Premium. Lepe, manifestó que, precisamente, esta certificación en comercio justo ha contribuido mantener el equilibrio de acciones y bonos de producción, asegurando el reparto equitativo de las utilidades entre los socios de la empresa.
PRIMERA SECCION DEL ACONCAGUA
El desafío de las comunidades es aprender a vincularse en un entorno social, económico y medioambiental con miras a generar una articulación, a través de la mutua colaboración en pos de un objetivo común.
En el caso de la Junta de Vigilancia de la Primera sección del Río Aconcagua, este objetivo común es mejorar la eficiencia en el manejo del recurso hídrico por su múltiple impacto en lo económico, social y medioambiental.
Actualmente, sus dirigentes, regantes y funcionarios están participando en un proyecto de 2 años, financiado por la CNR y ejecutado por la Consultora Agraria, orientado al fortalecimiento del capital social de los usuarios de agua.
El Programa Fruticultura Sustentable ha comprometido su apoyo a esta iniciativa, que consiste en transferir capacidades legales, administrativas y técnicas, así como de operación y mantención de sistemas de riego. El proyecto además incluye asesoría legal para la regularización de derechos de aprovechamiento de aguas y el diseño y presentación de proyectos de riego a Concursos de la Ley 18.450.