Con el cambio de gobierno, el abogado Héctor Echeverría Vásquez llegó a hacerse cargo de la dirección ejecutiva de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA). Aterrizó en su nuevo cargo después de desempeñarse por casi seis años como agregado agrícola de Chile en México.
Echeverría está lejos de ser un desconocido en el área. Además de formar parte de los equipos que negociaron los tratados de libre comercio con la Unión Europea y Estados Unidos, fue asesor de comercio internacional para Odepa (Oficina de Estudios de Políticas Agrarias) y jefe de gabinete del ministro de Agricultura, Jaime Campos, entre 2004 y 2006. Posteriormente, ocupó un cargo similar con la subsecretaria agrícola de la época, Cecilia Leiva.
Está consciente de la importancia que tiene FIA para el rubro agrícola del país. “Nuestra apuesta está en desarrollar un trabajo focalizado en el sector silvoagropecuario. Para eso hemos hecho un levantamiento del estado del arte de lo que hizo FIA en los últimos cuatro años, cuáles fueron sus focos e instrumentos utilizados”, comenta.
La idea de este catastro es la de adecuar los instrumentos disponibles al contexto agrícola actual y medir el impacto real que están teniendo y tendrán las iniciativas. “En estos últimos cuatro años se abrió la cartera de proyectos a todo el sector silvoagropecuario, sin tener la predisposición a apoyar ciertos sectores. Lo bueno de eso es que todos pueden entrar a competir, pero lo malo es que a veces no se apuesta por ciertos sectores que efectivamente tienen más posibilidades de alcanzar mayor competitividad en productos que pongan al mercado”, señala el director ejecutivo de FIA.
Por eso, enfatiza, en este nuevo período el foco de la Fundación para la Innovación Agraria será el de apoyar a la pequeña y mediana agricultura, en todos los procesos que le permitan mejorar sus capacidades para salir al mercado.
Para lograrlo, se utilizará la “trilogía” INIA: proyectos de innovación, donde se van a privilegiar la asociatividad y un mayor impacto en los territorios; la realización de giras tecnológicas con acompañamiento técnico, fomentando las excursiones no sólo fuera de Chile sino también dentro del país. A ellos se sumarán las consultorías, que “nos tienen que decir si la decisión que vamos a tomar respecto de apoyar un proyecto o no, es viable”. Por eso, agrega Echeverría, “van a ser relevantes para poner los recursos cuando tengamos las dudas despejadas en relación a un proyecto”.
LOS OBJETIVOS DEL NUEVO FIA
Uno de los objetivos que tendrá FIA para estos cuatro años, será el de ampliar el acceso de sus instrumentos a más personas. Además, estará más coordinado con otros estamentos agrícolas (INIA, INDAP), para recoger las necesidades del sector y así focalizarse en las áreas de interés para la agricultura. De esta manera, buscará realizar la transferencia de proyectos exitosos que hayan nacido de éstas u otras instituciones públicas o privadas, para que puedan ser aplicados en forma piloto en pequeños y medianos agricultores.
-¿Qué rol jugarán para FIA las universidades o centros de estudio?
-Los centros de investigación y las universidades juegan un rol fundamental. Por lo tanto, aquellos proyectos que observemos que pueden tener un buen desarrollo, que pueden tener como aliada a la pequeña y mediana agricultura, y que pueden ser de transmisión inmediata, los vamos a apoyar.
-¿Cómo harán para llegar en forma efectiva a los pequeños y medianos empresarios agrícolas?
-Hay un público objetivo claro, que son los usuarios de Indap, que llegan a unos 150 mil. Y después están las agrupaciones, asociaciones gremiales, consorcios, federaciones y comités. Si bien la extensión agrícola es grande, los actores son de fácil reconocimiento. Entonces, el Seremi de cada región debe manejar la información en su conjunto de las iniciativas que están realizando todas las instituciones del Estado. Él es la voz oficial para poder bajar la batería de instrumentos que pondrá el gobierno a disposición de los beneficiarios.
-¿Y de qué manera recogerán sus necesidades?
-Debemos trabajar con los gobiernos regionales, identificar las oportunidades o potencialidades que puedan tener ciertas zonas, algunos cultivos determinados o ciertos sectores productivos específicos. Apostaremos por proyectos en particular que estén enfocados a los territorios locales. No es tan difícil bajar los instrumentos. Lo más complicado es incorporar más gente al circuito.
NUEVOS NICHOS DE APOYO
Uno de los énfasis en los que se trabajará en FIA durante los próximos años, se enfocará en el agua y en el uso de energías renovables no convencionales. “Debemos jugar un rol en sistemas de innovación para el riego, sobre todo en un contexto de escasez hídrica”, señala Héctor Echeverría. Sin embargo, aclara, todavía no se han seleccionado acciones precisas a implementar. “Estamos en un proceso de observación, sobre todo en lo relacionado con cultivos protegidos e hidroponía, para ver tecnología que se está desarrollando y así aplicarla en Chile”, agrega.
Recientemente, FIA suscribió un convenio con el Ministerio de Energía para realizar un concurso destinado a potenciar las ERNC (ver nota pág. 46) y así incorporar el autoabastecimiento energético y mejorar la gestión de las empresas. “Es una prueba de fuego para nosotros. Yo creo que ésta va a ser una línea continua; no va a ser puntual. De acá en adelante vamos a estar constantemente preocupados de apoyar todas aquellas iniciativas conducentes a obtener fuentes de energía provenientes de ERNC. Y es que mientras más podamos desarrollar todo los relacionado con las ERNC, que nos ayuden a mejorar la competitividad de sistemas productivos, estas ideas van a ser bienvenidas, sobre todo si se pueden replicar y son de fácil ejecución”, sostiene Héctor Echeverría.
-¿En qué otras áreas de proyectos se enfocará el FIA?
-La mayor parte de la cartera de proyectos, cerca del 40 %, está compuesta por el área de la fruticultura. Hasta el año pasado hubo un 10 % en cereales y otro 5 % en lácteos, que muestran una fuerte dispersión. Nosotros, a propósito de la instalación de las mesas agrícolas a cargo de Odepa (mesa de la carne, de la leche, de la miel, de los berries, entre otros, donde se hace un levantamiento de la situación de cada rubro), vamos a tomar nuestra tarea en tecnología e innovación y pondremos nuestra batería de instrumentos a su disposición… Podríamos trabajar con productos como los berries deshidratados, las pasas, los té de hierbas y medicinales, el rescate de los frutos silvestres, o en cómo incrementar la producción de algunos granos. Queremos, además de centrarnos en los sectores principales, abrir una ventana a lo nuevo y a lo sustentable, como los productos forestales no maderables y los alimentos saludables.
-¿Se hará algo con los productores de hortalizas?
-Si nosotros queremos masificar la venta de hortalizas, necesariamente tenemos que darles las herramientas a los productores para que desarrollen productos inocuos. Y ahí hay que hacer apuestas para desarrollar mejores sistemas de producción, para incrementar la calidad del agua o de los pesticidas que se están usando. Ahí podemos jugar un rol.
En cuanto a los huertos tradicionales, dado que el costo de producción hoy día es mayor, también vamos a traer experiencias de afuera y apoyar giras para ver huertos de mayor densidad y así mejorar los sistemas de producción. También tenemos que trabajar en la línea de alimentos tradicionales. Debemos hacer una apuesta para que la gente conozca la identidad y el patrimonio alimentario de una determinada zona. Pero, además, el producto que se está vendiendo tiene que cumplir con todos los requisitos fitosanitarios y debe tener una buena presentación.