“Era fundamental llegar a este acuerdo para empezar a construir obras que puedan ayudar a administrar mejor las bocatomas de riego en la zona del Aconcagua” expresó Víctor Catán, presidente del Programa Fruticultura Sustentable Región de Valparaíso y presidente de la Asociación de Agricultores de Los Andes.
El dirigente gremial valoró el inédito acuerdo alcanzado por las tres Juntas de Vigilancia de Río Aconcagua y Esval para levantar un Plan de Obras que asegure la sostenibilidad de la cuenca, tras una década de sequía. Y destacó su enfoque integral en cuanto a que busca garantizar el recurso hídrico para consumo humano y a mejorar la eficiencia del riego agrícola, a través del manejo integrado de las aguas superficiales y subterráneas.
“Llevábamos muchos años esperando poder sentarnos a la mesa y tener el documento firmado, ahora creo que queda muy poquito esperar ver materializadas las obras de este acuerdo; así que quiero felicitar a todas las Juntas (de Vigilancia), a Esval y a toda la gente que participó y decirles que estamos cien por ciento a disposición de colaborar”, precisó Catán, quien además es consejero de la Federación de Productores de Frutas de Chile, Fedefruta.
La propuesta presentada al Ministerio de Obras Públicas considera cerca de una veintena de obras, a nivel superficial y subterráneo, que van desde baterías de nuevos pozos y obras de conducción para unificar las bocatomas de la primera sección, hasta la construcción de cinco embalses. El próximo paso es la constitución de una mesa técnica con participación de la Dirección de Obras Hidráulicas y la Dirección General de Aguas.
Al ser consultado por la vía de financiamiento para las inversiones, prefirió no adelantar detalles, solamente señaló que se encuentran “en el proceso de consensuar cómo se van a obtener esos recursos y cómo se van a gastar”.
Frente a la gravedad de la sequía estructural que afecta al país, planteó que se hace necesario cambiar la mirada con la que se evalúa la rentabilidad de las inversiones hídricas en el sector agrícola.
“Hoy día nuestras autoridades están entendiendo que no solamente se puede ver la rentabilidad por cuánto aporta al PIB un proyecto. Aquí hay una rentabilidad social. Es fundamental mantener a las personas en las zonas rurales con buenas alternativas de trabajo y desarrollo, incorporadas a la sociedad y la agricultura es parte de eso”, aseguró el presidente del PERFRUTS.