Debido a que en los huertos quedó una gran cantidad de inóculo del hongo Botrytis cinerea, según se estableció la edición pasada en el artículo “terremoto gris”, en esta entrega analizamos con la especialista Marcela Esterio la situación de sensibilidad de las poblaciones del hongo a algunas de las moléculas de mayor presencia en los programas de control de Botrytis. Así mismo la investigadora de la Universidad de Chile aporta recomendaciones para prevenir la pérdida de sensibilidad a fungicidas clave o recuperarla si se ha perdido e indica manejos complementarios para resguardarse esta temporada.
La pasada temporada se dieron todas las condiciones necesarias para favorecer la incidencia de Botrytis cinerea (Botrytis) o pudrición gris, causando graves pérdidas en uva de mesa pero aun más graves en uva para vinificación. El primer factor fue una floración especialmente larga, lo que obligó a modificar el posicionamiento de las moléculas de control, en una primavera que además presentó lluvias, para luego rematar la temporada con lluvias record en el mes de abril. Precipitaciones que alcanzaron a afectar una parte menor de la cosecha de uva de mesa pero que resultaron un desastre para una parte importante de la uva para vino. Los resultados que analizaremos con la fitopatóloga Marcela Esterio corresponden a promedios obtenidos en predios donde se ha efectuado un seguimiento continuo de los niveles de sensibilidad a las moléculas fungicidas base de los programas de control (fungicidas frontales) en predios de la región Metropolitana, más algunos resultados importantes en predios de la región de O’Higgins. El que los datos sean promediales significa que puede haber campos que están bien o moderadamente bien, pero así mismo que puede haber campos que están en una condición más complicada. La metodología a seguir es la que tradicionalmente utiliza el laboratorio en la Plataforma de Sensibilidad a Botryticidas. “En cada predio se colectan muestras de al menos seis sectores en floración y precosecha, se procesan, se recuperan los aislados y se procede a realizar los análisis de sensibilidad según sea el modo de acción de cada molécula, estableciéndose distintas categorías según valores EC50, bajo y sobre los puntos de cortes establecidos para cada una de éstas”, explica Esterio. En el caso de las hydroxyanilidas (fenhexamid), moléculas clave en precosecha, según los trabajos de los últimos 5 años, hemos establecidos 5 categorías de sensibilidad, poblaciones de aislados con valores EC50 promedio inferiores a 0,17 µg/mL se consideran como altamente sensibles, con leve pérdida de sensibilidad cuando están en el rango entre 0,17 y 1,5 µg/mL, leve resistencia cuando se sitúan entre 1,5 y 4 µg/mL, moderada resistencia cuando están en el rango entre 4 y 9 µg/mL y, cuando están por sobre 9 µg/mL se los consideramos como altamente resistentes”, señala la experta.
Fuente: Red Agrícola