La industria del envasado está atravesando una revolución de la mano de ideas innovadoras y un gran crecimiento, especialmente en el sector de las hortalizas de aperitivo. Australia es un mercado singular, con solamente 24 millones de habitantes y a mucha distancia del resto del mundo, por lo que las ideas nuevas pueden tardar un tiempo en llegar allí.
Gilad Sadan tiene muchos años de experiencia en la industria del envasado. Trabajó en una fábrica de envases de plástico para la industria alimentaria durante 11 años en ventas y marketing y, más tarde, como director ejecutivo. Una gran parte de lo que fabricaba la compañía era para el sector hortofrutícola, por lo que Sadan pasó mucho tiempo con los productores, en las plantas de envasado y con los responsables de abastecimiento de los supermercados.
“Hay un gran vacío en el mercado ahora mismo”, explica Sadan. “Los agricultores ya no pueden ser ‘solamente agricultores’ en el sentido tradicional; tienen que pensar de forma más innovadora; tienen que invertir en maquinaria, en equipamiento de envasado automatizado y en innovación para descubrir formas nuevas de vender sus productos y atraer a los clientes”.
“Los agricultores tienen que ir a los supermercados con nuevos productos e ideas para el envasado y la venta de las frutas y hortalizas, pero no tienen tiempo para eso y no siempre saben lo que hay en el resto del mundo que se podría aplicar al mercado australiano. Ahí es donde entro yo y es el motivo por el que fundé mi empresa; intento acortar la distancia entre el agricultor y los minoristas”.
Los consumidores no siempre saben lo que quieren; hay que mostrárselo y enseñarles lo que se puede hacer y cómo se pueden beneficiar, según Sadan. La tendencia en Australia, al igual que en el mundo, son las hortalizas de aperitivo para los almuerzos escolares, las madres ocupadas y las personas que van al gimnasio. Hay muy pocas opciones de aperitivos saludables actualmente y el empresario cree que a los consumidores les apetecen.
“Es difícil convencer a los agricultores de tomar este rumbo”, afirma Sadan. “Hay algunas compañías de marketing, pero no bastan. A los agricultores que trabajan duro en los campos les cuesta pensar en lo que podría haber en los lineales de los supermercados de Londres”.
Muchos responsables de abastecimiento de supermercados procedentes de Europa han tomado los supermercados australianos en los últimos años y se han llevado consigo conocimientos, por lo que han aumentado las frutas y hortalizas preenvasadas en los lineales. Parece que los consumidores perciben las frutas y hortalizas preenvasadas como de buena calidad y, a veces, de mejor calidad que las frutas sueltas, ya que están protegidas por el envase y nadie las ha manipulado.
La categoría de los tomates es muy grande ahora mismo y se está cambiando el énfasis a los tomates de aperitivo, además de a los minipepinos y pimientos para el almuerzo. También hay buenas campañas que destacan la alimentación saludable en Australia, como la campaña de PMA “Eat bright, feel right”.
La vida útil se ha convertido en algo muy importante en Australia. Debido al tamaño del país, los alimentos recorren distancias enormes para llegar a los mercados y un par de días pueden marcar una diferencia enorme a nivel de minorista y consumidor. Es más, Australia exporta mucha cantidad a Asia, por lo que la vida útil ocupa un lugar primordial en la decisión del envase que utilizar.
Reducir el desperdicio de alimentos también se ha convertido en un gran problema en los últimos años. Ahora, los tamaños de los envases se adaptan a la demografía de quienes compran los productos; se acabó la época en la que solo había un tamaño. Los productos agrícolas ahora vienen en todo tipo de envases y formatos: vasitos, bandejas termoselladas y en “flow-pack”, envases “clamshell” y bolsas que se tienen en pie. Es muy importante que el productor o el comercializador elijan el mejor formato para la categoría y el mensaje de marketing que desean transmitir, y no solo estén motivados y limitados por sus capacidades operativas.
“No hay ninguna tendencia real de eliminar completamente los envases en Australia. Están intentando reducirlos al hacerlos más ligeros, convertir los ‘clamshell’ en bandejas termoselladas, etcétera”. Hay interés por los envases con atmósfera modificada, especialmente para las hortalizas de hoja verde, y una pequeña tendencia hacia los envases reciclables y biodegradables, pero, al final, todo se reduce al coste, y los envases biodegradables son más caros que los normales. Además, hay que enseñar al consumidor a diferenciarlos, lo que también requiere tiempo y dinero”, explica Sadan.
Todavía se fabrican algunos envases de plástico no reciclable, PVC no PET, debido al coste de las materias primas; la situación está cambiando, pero no hay ninguna legislación que obligue a las compañías a hacerlo. Los consumidores también deben saber reconocer los distintos símbolos del envasado. De lo contrario, hay personas que lo depositan todo en el contenedor de reciclaje y otras que no reciclan nada.
“Estoy atento a lo que está ocurriendo a nivel global en el envasado, y hay muchas cosas. Las compañías de frutas y hortalizas quieren envases más persuasivos para interactuar con los consumidores, y se está pasando a los productos agrícolas marcados y los envases de conveniencia. Hay espacio para crecer”, según Sadan.
Existe un gran interés por el envasado en Australia, que todavía está en sus primeras etapas, no solo en cuanto al reciclaje de los envases, sino también a la reutilización. Por ejemplo, en las fundas de cartón puede haber cupones o dibujos para que los niños los coloreen. Las fresas envasadas para el Día de San Valentín o para el Día de la Madre tenían en la funda de cartón un “vale” por un masaje de pies o una cena como gesto romántico por parte de la pareja.
Fuente: FreshPlaza